Los Premios Solidarios de la Fundación Ananta y la Fundación Alberto Contador

I Premios Solidarios de la Fundación Ananta y la Fundación Alberto ContadorHace unos meses tuve la fortuna de asistir a la entrega de los I Premios Solidarios entregados por la Fundación Ananta y la Fundación Alberto Contador. Sí, la «fortuna», porque me considero agraciado con un verdadero premio por el mero hecho de haber estado presente.

Es difícil explicar por qué. Son cuestiones de detalle, pequeños matices, que hacen que algo que inicialmente podría parecer una cena benéfica más se salga completamente del cliché.

Por un lado, la actitud de los organizadores, que ejercían de improvisados camareros sirviéndonos a los asistentes y aprovechando para entablar diálogo con nosotros.

Por otro lado, la calidad impactante de los proyectos premiados, que resultó emocionante conocer. Sí, «emocionante», no lo puedo expresar de otro modo. Pequeños-grandes proyectos de entidades pequeñas. Un proyecto de reinserción social de reclusos y exreclusos (nadie se acuerda de ellos), un proyecto de apoyo a familias con dificultades en un barrio castigado por la crisis, un comedor social y albergue para personas sin hogar, un espectacular proyecto de autonomía alimentaria en Senegal mediante huertas con agua de mar (¿cultivos con agua de mar? puro I+D solidario), una residencia-escuela en la India y una eco-escuela en Uganda. Seis monumentos a la capacidad de la gente corriente para implicarse y cambiar, en su pequeña-gran medida, el mundo.

Aunque dejé pasar sin motivo el tiempo, sabía que tenía pendiente compartir las enseñanzas de esa noche: es posible organizar un acto muy digno (casi perfecto) sin derrochar recursos, de hecho gastando realmente poco. Es posible acercarte a todos tus invitados y crear un ambiente de cercanía. Más: de connivencia. Y es posible descubrir y ayudar a difundir proyectos de una calidad humana y técnica sobresaliente, dejándoles a ellos el protagonismo.

El mecanismo era simple (al menos, en apariencia). No está previamente el dinero y entonces se convoca un premio y se entrega. La propia puesta en marcha del premio permite encontrar los recursos con los que apoyar los proyectos premiados, porque permite sumar al evento a los patrocinadores. El mérito de los organizadores (además de idearlo y llevarlo brillantemente a cabo) está en acertar a canalizar la solidaridad de otros.

Mi enhorabuena. Sé que estáis ahora con los II Premios Solidarios. Mucho ánimo.

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  1. Fernando Díaz
  2. Juan Carlos García
    • Adrian Aguayo Llanos

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