La segmentación, hablando de la comunicación de la entidad, consiste en agrupar y categorizar por grupos de interés o en función de algún elemento que queramos poner en común la audiencia que tenemos.

Esto no debe confundirse con nuestro público destinatario. Éste último, lo debemos definir en nuestro Plan de Comunicación, antes de iniciar cualquier campaña. Definir nuestro público es una fase estratégica, mientras que la segmentación (aunque también es estratégica) tiene un marcado componente técnico.

La segmentación nos permitirá:

  • Realizar campañas diferenciadas en función de diversos grupos de interés.
  • Evaluar el impacto de campañas diferenciadas.
  • Ampliar la información de nuestra base de datos creando perfiles específicos.
  • Evaluar si nos estamos dirigiendo a nuestro público destinatario definido en el Plan de Comunicación.

El cómo y para qué hacerlo va a depender de cada canal de publicación (Web o Blog, Social Media o E-mail Marketing), ya que cada uno tiene un funcionamiento diferente y contará con herramientas específicas propias o complementarias para ello.

Sin embargo, sí deberemos valorar los parámetros de interés antes de realizar la segmentación. Algunos ejemplos podrían ser:

  • Edad
  • Sexo
  • Geografía
  • Intereses o gustos
  • Nivel socioeconómico
  • Un servicio disfrutado (por ejemplo, personas inscritas a un curso nuestro).

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